EMILIA ALTAMIRANO
Temporada33 / 2025, marzo

Bio
Nació en Rosario (Santa Fe, Argentina), en 1986.
Estudió Arquitectura, diseño y planeamiento en la FAPYD, Rosario. Además, cursó materias de la carrera de Diseño equipacional en el ISET 18.
Durante el 2015 al 2025, concurrió a diferentes talleres de artistas como Carolina Outón, Gustavo Palmas, Sebastián Pinciroli y Regina Ziraldo de Rosario. En el 2023 asistió al Gran Taller en la Escuela Musto y en el 2024 concurrió al taller de pintura de la escuela Musto y participó del Seminario Mil resonancias y un desborde con Pablo Sanaí. Actualmente forma parte del programa: laboratorio extendido de Pablo Sinaí.
Su trabajo busca repreguntarse sobre la esencia de la naturaleza, la conexión humana y la evolución del yo a través del tiempo. En los últimos tiempos, ha explorado más profundamente el concepto del yo extendido, viendo cómo nuestras experiencias, recuerdos y relaciones se entrelazan con el entorno que nos rodea.
Proyecto
Durante mi residencia artística, inicié un recorrido en el que no buscaba simplemente representar lo que veía, sino acercarme a la esencia de las cosas. No quería copiar el entorno, sino dejar que el espacio se diga en mí, a través del color, la forma, los gestos del dibujo. Me propuse transmitir mi experiencia de forma directa, sin filtros conceptuales: colores intensos para sensaciones intensas, soportes diversos según cómo el clima, el cuerpo o el ánimo me atravesaban. La oscuridad de los días -nublados, cerrados- aparecía en los tonos, pero no como algo negativo, sino como fondo fértil deu na vivencia profunda y enriquecedora.
El tiempo transcurría distinto: más lento, más espeso, como si cada momento se dejara saborear. La inspiración no era una idea: era un estar, un caminar, un respirar con otros. Lo vegetal empezó a ocupar mi mirada. Me habitó. Las plantas, los brotes, los ritmos del crecimiento me hicieron pensar en la espera, el tiempo, la transformación. Comprendí que todo estaba dispuesto para construir algo parecido a un hogar.
La comida casera, los olores, la casa, el taller… no eran decorado, eran cuerpo del sentido. Eran manifestaciones de una vida común, de un estar construyendo juntos algo lleno de potencia. Me abrí a captar las esencias, no desde el pensamiento, sino desde la presencia, desde el silencio atento. Cada persona, cada objeto, cada espacio tenía algo para decir. Y muchas cosas sucedían sin necesidad de explicarse.
Contacto
@emily.art.arg