CURADORA RESIDENCIA

Rocío Fernández Doval / Temporada20

Rocío Fernández Doval / Temporada20

ROCÍO FERNÁNDEZ DOVAL
Temporada20 / 2022, agosto

Bio
Nació en Paraná (Entre Ríos, Argentina), en 1991.
Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Entre Ríos y, actualmente, cursa el Diplomado en Escritura Creativa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se desempeña como comunicadora, docente y gestora cultural.
Desde 2018 integra la Cooperativa de Trabajo Cultural Antílope. Escribe y edita en la Revista Charco.
Entre 2019 y 2022 participó del taller/clínica Toda persona es poeta, coordinado por Rocío Lanfranco. Publicó el poemario Rumi (Ana Editorial, 2020) e integra las antologías poéticas Siempre fue el río un color (Fundación La Hendija, 2020), Las cenizas llegaron a mi patio (Brumana, 2021), Entre Orillas (Editorial Municipal, 2021) y Amenaza y maravilla (Gog y Magog, 2022).
Recibió un premio en el Concurso Provincial de Poesía Juan L. Ortiz en 2019, una mención en el concurso Entre Orillas en 2021 y, en 2022, el Premio Municipal de Arte en la categoría Poema Ilustrado junto a Elina Aguilar. Fue seleccionada en la categoría Poesía en la Bienal de Buenos Aires 2021-2022 y ganó la beca de residencia Isla de Río en Curadora.
Actualmente, hace clínica de obra con José Villa.
Vive y trabaja en Paraná.

Proyecto
En el proyecto de beca me propuse continuar con una etapa de escritura que comenzó hace un tiempo –algo más de dos años–, de la que surgieron varios de los textos publicados en la antología de la Bienal de Buenos Aires, Amenaza y maravilla (Gog y Magog, 2022).
Se trataba de textos en torno a posturas de yoga, no porque haya sido alguna vez una gran yogui, sino más bien por lo contrario: porque el cuerpo, mi propio cuerpo, me ha producido siempre mucho extrañamiento. Cuando tuve contacto con el yoga, lo empecé a registrar y, tiempo después, tuve el impulso de escribirlo. Esos poemas quedaron sueltos y un poco truncos. 
Entonces, vine a Curadora con la idea de practicar asanas durante 15 días seguidos –algo que no había hecho jamás– y registrar todo. Cómo se comporta el cuerpo, qué dolores persisten y cuáles van cediendo, en qué sentido ceden o crecen, con qué memorias corporales se conectan esos dolores. También, cómo se comporta la mente, qué pensamientos aparecen, qué actividad onírica.
Escribí un diario, donde acumulé impresiones sobre la práctica de cada día; así como lecturas, observaciones del entorno, de la actividad mental, asociaciones libres, movimientos. Ese diario fue la materia prima de los poemas.
Junto a Santiago Venturini y Tatiana Cibelli leímos referencias, otras narrativas sobre el cuerpo y el movimiento, maneras de mirarlos, de decirlos. También leímos cada uno de los poemas que fueron saliendo, en voz alta. Les preguntamos cosas, vimos aparecer conexiones nuevas, que no estaban en el proyecto en un principio; por ejemplo, la infancia, la sexualidad, los padres, las represiones, la búsqueda de la espontaneidad.
De Curadora salieron 13 poemas nuevos y un proyecto de libro que, con fe, algún día encontrará su sitio.

Contacto
rofernandezdoval@gmail.com
@rofernandezdoval