CURADORA RESIDENCIA

Cecilia Luján / Temporada24

Cecilia Luján / Temporada24

CECILIA LUJÁN
Temporada24 / 2023, abril

En el marco de Constelaciones– Becas de Residencia otorgadas por QUINCHO- Red de residencias artísticas de Argentina

Bio
Nació en San Miguel de Tucumán (Argentina), en 1979.
Se formó en la Facultad de Artes U.N.T. donde se especializó en pintura. Asistió al Taller C cátedra de la Lic. En Artes Visuales de la F.A.U.N.T. en la que actualmente se desempeña como adscripta trabajando en un proyecto de investigación sobre performance en Tucumán (2022-2023).
Obtuvo becas entre las que se destacan: Beca Constelaciones – Red Quincho (2023) y Beca de Creación del FNA (2021 y 2017). Realizó clínica de análisis de obra con Max Gómez Canle, Pablo Siquier, Ana Gallardo, Diego Figueroa, etc. Sobre teoría y crítica de arte con Elena Oliveras. Sobre prácticas curatoriales con Feda Baeza y Diana Weschler. Obtuvo un Premio en el Concurso Nacional Actividades performáticas en entornos virtuales (2020) y 1° Mención Especial Premio UNNE Artes Visuales (2015).
Participó en las residencias Curadora / Zona Imaginaria (2023), Raíces (2022), Casa de Piedra (2022), URRA Tigre (2018), Perfor 5- Paço das Artes (2014), UVAITI Ciudad de las Artes-UNC (2013), entre otras.
Expone regularmente en forma individual y colectiva: La silueta de una constelación es inexsistente, Consultorio (2022). Premio 8M, C.C.K. (2021-2022). Mecanismos de emergencia, Usurpa Galería (2019). 47° Salón Nacional de Artes Visuales, Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán (2019). LATERAL Nº12 Carnaval Surrealista (2018). Visibilizar lo invisible, Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán (2018). LATERAL Nº11 Suprematismo Piquetero (2018). XII Salón Nacional de Arte Contemporáneo MUNT (2016), entre otras.
Vive y trabaja en Tucumán.

Proyecto
Mi experiencia en CURADORA consistió, principalmente, en realizar acciones coreográficas, autoportantes, móviles e inestables a la deriva para ser infiltradas en lo cotidiano, utilizando la escultura, la pintura, el dibujo, la performance y lo lúdico como canales por donde pudiera circular lo poético de cada experiencia.
Al comenzar la residencia me propuse trabajar desde una total incertidumbre, para enfrentar situaciones en las que el cuerpo pudiera ser un espacio para pensar, preguntándome en cada momento: ¿En qué medida, esta acción podría ser un medio para percibir el mundo?.
Comencé a tramar relaciones entre lo que se presentaba frente a mis ojos  y los materiales que había llevado para experimentar.
La pileta fue el  primer vehículo para múltiples pruebas. Y el tiempo infinito de CURADORA, abrió paso a experiencias multidisciplinarias como por ejemplo la fotografía y el video (muy poco explorados por mí hasta ese momento), el dibujo, la pintura, la escultura. También a posibles situaciones insertas entre el caos y el orden; entre lo natural y lo cultural; entre lo vivo y lo inerte; entre lo científico, lo artístico y lo mágico, entre el rigor y la dispersión, entre lo pasajero, lo breve, lo fugaz y lo incesante, lo perpetuo, lo perenne…
El Río Ubajay ha sido otro campo de experimentación a cielo abierto donde la luz, la oscuridad, el sonido, la fuerza de gravedad, la ingravidez, el propio cuerpo en movimiento, los reflejos, el entorno natural; fueron también, el sostén de estas coreografías. Un viaje en el agua. Remar sin rumbo, escuchando el agua y realizando pruebas a gran escala interviniendo el paisaje y viceversa; el paisaje interviniéndonos… una serie de contingencias moldeándose unas a las otras, que de a poco se convirtieron en una suerte de juego de azar y de encastre entre volúmenes librados a lo imprevisto.
La convivencia con Tiki, la hermosa perrita de CURADORA, me permitió acompañar su deriva. Me presentó la posibilidad de deshabituar  la organización de un recorrido siempre en línea recta. Abrió la posibilidad de explorar y recorrer los jardines y las calles de Rincón a otra escala, a otro ritmo, describiendo un camino, zigzagueante y aleatorio.  Contrapuesta a  la acción de desenrollar una cinta roja, en línea recta a lo largo del paisaje. Dos situaciones en las que el cuerpo fue reducido a gestos. Todo librado a accidentes desde donde se puedan desprender nuevas estrategias de equilibrio entre lo humano y natural.
Registrar esos momentos también fue todo un proceso que sin el apoyo y el acompañamiento amoroso de Cintia y Maxi no hubiese sido posible. 
Ordenar y describir lo procesual de esta experiencia para la confección de este texto, me ha provocado mucha emoción. Y mientras termino de escribir el último párrafo, una frase que dice que Recordar es volver a pasar por el corazón, resuena dentro mío.
Curadora me ha facilitado un campo de experimentación tridimensional a cielo abierto que voy a agradecer y atesorar por siempre.

Contacto
ginevrol@gmail.com
@celujan