CURADORA RESIDENCIA

Milena Avaro / Temporada29

Milena Avaro / Temporada29

MILENA AVARO
Temporada29 / 2024, marzo

Bio
Nació en Venado Tuerto (Santa Fe, Argentina) en 1999.
Estudió Derecho (2018-2021) y es estudiante de la carrera de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario. Realizó capacitaciones en Derechos Humanos, Derecho de las Infancias y Adolescencias, de Poblaciones Originarias, Problemática de Género en los Derechos Humanos, Economía Política, Derecho Intelectual y Derechos Culturales.
Participó en el Laboratorio de Construcciones Provisorias (2022).
Gestionó Empecé con una línea, ciclo de encuentros de dibujo en Puerto de Ideas que contó con la participación de músicxs, performers, peluquerxs, fotógrafxs y amigxs (2022).
Gestionó Dibutechno Sessions, jam de dibujo y música electrónica (2022-2023).
Es co-editora de Demencia 2000 con Valentina Romero, revista-fanzine de crónicas de arte en la ciudad.
Actualmente trabaja y realiza propuestas de producción colectiva en el espacio de talleres de Crudo Arte Contemporáneo, y organiza un taller de ajedrez en los dispositivos de centro de día de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, Centro de día San Enrique y Centro de día Nahuel Huapi.

Proyecto
Llegué a Rincón con la intención de continuar un proyecto de búsqueda de hongos bioluminiscentes y huesos en zonas rurales, pueblos y ciudades pequeñas de la provincia de Santa Fe, para la construcción de objetos y video-instalaciones que refieran a la luz mala, a las leyendas alejadas de la metrópolis, y a las búsquedas pensadas en sí mismas como práctica artística; contrapone un lado oscuro, la referencia por mera analogía a la muerte de los huesos pintados con pigmentos fotoluminiscentes, con video-capturas de pantalla en la que se graban mis interacciones (búsquedas en google, videos de personas, amigxs y colaboradorxs que participaron, por lo general graciosos, anécdotas, problemas climáticos o territoriales, conversaciones por whatsapp, videos de youtube, etc), con la intención de desligar a los objetos de esa oscuridad, quitarles solemnidad, que funcionen como cronología de un recorrido por la provincia en la que nací, a la que finalmente soy ajena, sin la intención de romantizar el paisaje, ni el vínculo con la naturaleza, ni la regionalización, sino más bien proponiendo una crónica de objetos que se abre a otras lecturas y funciona para mí como dispositivo de mirada.

Durante mi residencia leí, dibujé y realicé pequeños objetos a partir de tierra y cosas que formaban parte de la rutina diaria, investigué la historia del pueblo, hablé con toda la gente que me fue posible, realicé entrevistas, conocí los lugares habituales, el cajero, los kioscos, la municipalidad, la compraventa. Caminé, tomé colectivos, observé y registré ciertas apreciaciones. Desayuné, almorcé y cené exquisitamente en la casa de Cintia y de Maxi, con la compañía de Belén. Y junto a ellxs también realizamos caminatas, recorrimos lagunas, compartimos chismes. Es quizá esa fracción de tiempo en la que generábamos todxs y de distintas maneras una nueva habitualidad, y porque esa habitualidad estaba enmarcada en un encuentro (el encuentro con otro paisaje, tanto como el encuentro de nuestras rutinas y la reunión con otras personas), la más significativa en mi experiencia en Curadora, más allá de que no haya concluido en una materialidad concreta. La importancia de hacer con otrxs, de construir en los encuentros y de, incluso en los momentos solitarios de la producción, de la rutina, hacer “en presencia de”, diría Winnicott, estar “solo con otrx”. Y esa es también mi manera de encontrarme a las prácticas artísticas: recibir consejos, que alguien me enseñe algo, las charlas breves, las cosas que quedan luego de cualquier interacción y aún el tiempo de hacer algo en silencio mientras otrx hace otra cosa en silencio en el mismo lugar. Por eso la estadía en Rincón significó una espacialidad y temporalidad distinta para pensar cuál es la forma posible de esas interacciones para devenir en obras. Como lo he pensado en otros momentos, las capturas de pantalla, las notas del celular, incluso las fotos de redes sociales, pero también, algo más, ligado al texto, a las palabras de otrx, a cierta aleatoriedad que se produce al reunir estas cosas porque están mediadas por la intervención de alguien más desde el origen de su inicio como imagen, como objeto, como audio. Por eso la presencia de Belén, su propia obra y manera de contarla, fueron súper interesantes para seguir dando vueltas sobre lo mismo, una pregunta que constantemente hago para mí misma sabiendo que aunque quiera que las cosas se narren no soy yo la persona para narrarlas: cómo construir una crónica visual que transite sin ánimo de cuento estas experiencias, el archivo material más bien absurdo de lo que rodea y hace por sí mismo.

Los días que estuve en la casa de Cintia y Maxi fueron días de escritura, de pregunta. Volví a casa con nuevos proyectos, interesada en la señalética (luego de molestar mucho a obras públicas y a Antonio, señor rinconero que en su pequeño taller en Santa Fe realizó materialmente todos los carteles nomencladores de la ciudad), en la construcción de una nueva señalética, la nomenclatura de una calle no como árbol ni como nombre propio de un recorte histórico sino como espejo de la personalidad de una zona, y en la colección de Fernando, museólogo de la ciudad, que tiene en su casa una cantidad enorme de obras de la zona de la costa, que no han sido parte de un mercado o de la narrativa histórica del arte argentino, pero ahí están, y constituyen un registro interesantísimo, bello, parte de un costumbrismo que pareciera siempre instalado en la vejez, pero que a mí me gustaría visitar desde la juventud. Apenas llegada a Rosario, empecé a trabajar con mi amiga y compañera de proyectos, Valentina Romero, en un proyecto expositivo para esa colección, sin intención alguna (porque no es lugar) de rescate, sino para traer a hoy, armar redes conceptuales, pensar ese interés tan anacrónico, geográficamente delimitado, desde el arte contemporáneo, porque al fin y al cabo, es contemporáneo.

La construcción de una señalética más o menos absurda, personal, anecdótica y chismosa, que comencé a escribir en Rincón acompañará las búsquedas que formaban parte en el comienzo del proyecto, con la ayuda de Antonio.

Contacto
milena.avaro@gmail.com
@ criptomilenas